La historia del jarDINERO y Golovkin… ¡qué engaño!
Tres semanas atrás estaba un tipo en California muy quitado de la pena, arreglando su jardín y tratando de olvidarse del boxeo.
Le ofrecen más de 200 mil dólares por subirse a un ring para enfrentar al campeón mundial de peso medio, con 19 defensas exitosas. Se llama Gennady Golovkin, presume de estilo mexicano y se quedó como las novias de rancho después de que a Saúl «Canelo» Álvarez dizque se le ocurrió comer carne mexicana y, como salió positivo en el antidoping, no lo dejaron pelear.
La pelea sale de Las Vegas, donde los casinos esta vez muestran respeto a sus clientes y no se prestan para la farsa.
Organismos sin escrúpulos, sin embargo, autorizan al jardDINERO que no ha peleado en dos años, perdió las últimas peleas que tuvo en 2016, es una división abajo del peso medio y no está clasificado (se me ocurre inventar una clasificación de boxeadores retirados, para utilizarla en estos casos…), total, algo que caiga. La sanción es la sanción 3 y % de las bolsas que suman más de 1.200,000 dólares.
La contienda se realiza en Carson, California. MartirosFLAN pasa el primer round. Eso ya es ganancia. Al segundo asalto, en cuanto siente un golpe más o menos fuerte, cae. El réferi cuenta. Al segundo siete, el armenio levanta el tronco y se asusta cuando descubre que no han cantado el nocaut, de tal manera que se recuesta y vuelve a besar la lona.
Golovkink festeja. En algún lugar de Guadalajara también celebran, pero sin carne… ¡no vaya a ser!
El desempate-negociazo con «CANcELO» Álvarez está firme.
El engaño se consumó. El jarDINERO se lleva más de 2 millones de pesos. Gennady, arriba de 20 millones, menos los respectivos porcentajes de sanción.
Nada que no se supiera ya, pero se los cuento de todos modos.