Pesaje de «La Torbellino» García Vs. Lupita Martínez, en Tlalnepantla
Plaza Cívica de Tlalnepantla. Una de la tarde. Sol a plomo. Ambiente ciento por ciento boxístico. Puras caras conocidas. Colegas, amigos y amigazos…
Una carpa en medio espera a que las mexiquenses, retadora Irma García, y campeona, Guadalupe Martínez, pasen sus exámenes médicos. Acompañada de Lily Romero, la excampeona mundial y ahora aspirante a su segunda corona, “La Torbellino” García es la quinta en la democrática fila.
Llega su turno. Eduardo Espinoza la da ¡clic! a su cámara digital una y otra vez, de distintos ángulos, siempre buscando captar el mejor momento.
Después de revisar signos vitales, frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria, estado neurológico, nudillos y rostro para cerciorarse de que no haya heridas, el doctor de la Comisión de Box y Lucha del Estado de México Roberto Portocarrero Rodríguez, da su diagnóstico: “en perfectas condiciones para pelear”.
Afuera, con el Palacio Municipal como fondo, está el templete que montó la empresa promotora Zanfer para la ceremonia de pesaje. Empiezan las presentaciones hasta que el director operativo de la empresa líder en Latinoamérica, Guillermo Brito, toma el micrófono e invita a pasar a la monarca.
En compañía de la siempre guapa Paty Fajardo, los Juan Carlos Contreras (“Bronco” y “Bronquito”), Lupita Martínez sube la escalera. Por su lado, orgullosa de su Cuautitlán Izcalli, “La Torbellino” también asciende; con ella, el ”Tío” Salgado, “El Gallo” Pedro Gayoso y el preparador físico, David García.
Llegó el momento. Irma viste top azul y short en un naranja encendido y vivos azules. Sube a la báscula que es custodiada por un par de esculturales bellezas, las edecanes de la cervecera patrocinadora Tecate.
El supervisor del CMB Juan José Herrera ajusta la báscula. Silencio preocupante… “52 kilos”, anuncia. ¡Uff! Aplausos. Brito “canta” 115 libras, en el límite, sin problemas para pelear.
Al bajar de la llamada romana, “La Torbellino” busca su gorra de la Policía Federal y se la coloca con delicadeza.
Con diadema de tela blanca y las coloridas letras de “TDB” (Tlalnepantla de Baz), traje de baño de dos piezas, una despreocupada Lupita enfrenta al siempre temido primer rival: el peso. Sin problema, registra 51.500 kilogramos (151 libras), medio kilo menos que la boxeadora de Izcalli.
Hora de rehidratarse para pasar a la sesión de fotografías. De frente, espalda con espalda, en guardia, con el cinturón… Los reporteros gráficos indican: “volteen para acá”… “a la derecha”… “ahora para acá”…
Con ambas en peso, ¡hay tiro, señores… por la Casa del Boxeo!
Cita: 6 de la tarde, en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla.